El riesgo de no protegerse la piel: la exposición a los rayos del sol hace aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel

Normalmente, únicamente pensamos en protegernos del sol cuando vamos a la playa o a la piscina. Sin embargo, nunca lo pensamos al salir a la calle o en nuestro día a día. No es solamente la protección, sino también la hidratación y la protección ocular mediante gafas específicas para prevenir el melanoma ocular. Y, por supuesto, evitar las horas de máxima actividad solar.

Protección solar

Si estos consejos llegan tarde y las quemaduras solares ya están en nuestra piel, os ofrecemos una serie de recomendaciones para hacerles frente:

  • Baños de agua fría. La aplicación de compresas mojadas con agua fría durante 10 o 15 minutos varias veces al día ayudará a reducir la molesta sensación.
  • Aplicar lociones y cremas hidratantes. Debemos de cuidar siempre que estén libres de alcohol. La mejor recomendación es el aloe vera, que cuenta con propiedades cicatrizantes, anti inflamatorias y calmantes.
  • Evitar la exposición solar en la zona afectada. Llevar la quemadura tapada al salir a la calle minimiza el riesgo de agravamiento.

¡Ojo! Si tras la quemadura sentimos mareos, pulso débil, fiebre, náuseas, vómitos, ojos hundidos, ausencia de orina, sed exagerada o respiraciones rápidas, debemos de acudir rápidamente a los servicios sanitarios. Ante la presencia de flictenas en la zona afectada por la quemadura, debemos de recibir una valoración por parte de su equipo de enfermería de referencia. Y nunca drenar la zona por nuestra cuenta.


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