La medicina de género va más allá de las creencias

La medicina de género es aquella que identifica las diferencias fisiológicas entre hombres y mujeres en el tratamiento de sus cuerpos. Ambos sexos enferman de diferentes maneras. En esta ocasión, nos vamos a centrar en las cardiopatías para ofrecer una explicación sobre la medicina de género.

Tradicionalmente, las cardiopatías se han considerado como una enfermedad masculina. Sin embargo, esto es cierto únicamente hasta la quinta década de la vida. Es entonces cuando las mujeres alcanzan la menopausia debido al descenso estrogénico. En la actualidad, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad entre las mujeres. Las mujeres constituyen menos del 30% de los participantes de los ensayos clínicos de estas enfermedades. Y sólo la mitad de las publicaciones científicas analizan los resultados según el sexo de los participantes.

Medicina de género

Las deformaciones patológicas del músculo cardíaco también se producen de forma diferente entre hombres y mujeres. En los hombres, en casos de alta tensión arterial continuada, es el ventrículo izquierdo el que se expande y sus paredes se vuelven más finas. Sin embargo, en las mujeres el corazón no aumenta de tamaño. Son sus paredes las que se vuelven más gruesas, reduciendo el bombeo. Esto aumenta el riesgo de ictus.

El síndrome del corazón roto o miocardiopatía de Takotsubo es casi exclusivo de las mujeres, ocasionado por un estrés emocional. No es un infarto. Es un agotamiento temporal e insuficiencia cardíaca provocada por un aumento repentino de la secreción de hormonas del estrés. Es una disfunción apical transitoria con discinesia. En definitiva, que la medicina de género va más allá de las creencias. A las mujeres «se nos rompe realmente el corazón».

Pruebas y medicación

Otro dato muy curioso hace referencia a las pruebas diagnósticas y las diferencias existentes entre hombres y mujeres. Para los hombres, las pruebas de esfuerzo cardíaco miden de forma indirecta el flujo sanguíneo al miocardio. Muestran una gran especificidad y por tanto, son bastante efectivas. Sin embargo, para las mujeres la especificidad son menores. En muchos casos no detecta las enfermedades coronarias. El SPETEC tampoco es determinante. La prueba más recomendable para la evaluación de las cardiopatías es la ecocardiografía de estrés.

En cuanto a la medicación, la mayoría de los fármacos prescritos para tratar enfermedades han sido probados sólo por hombres. A sabiendas que no actúan igual entre hombres y mujeres. Por ejemplo, los IECA son menos efectivos en mujeres y les provocan más efectos secundarios.


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